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Veracruz: Los otros desaparecidos

Ante la inacción oficial, organizaciones veracruzanas buscan entre cadáveres e inhumaciones clandestinas a sus familiares

Escrito en ESPECIALES LSR el

ORIZABA, VERACRUZ (La Silla Rota).- Al sintonizar las noticias en la radio, Aracely Salcedo escuchó que la Policía Estatal había encontrado dos mujeres asesinadas a orillas de un río, en la ciudad de Córdoba. Ya habían pasado cinco meses sin tener noticias de su hija de 21 años, secuestrada en un antro de Orizaba el 7 de septiembre de 2012, por eso se armó de valor y fue al forense a solicitar ver los cuerpos. Al salir tuvo nuevas esperanzas, ninguna de las jóvenes tenía los rasgos de su pequeña.

Esto marcó el comienzo de su búsqueda entre cadáveres e inhumaciones clandestinas en Veracruz.

Ella y otras 15 mujeres conformaron un colectivo llamado “Organización de Familias Córdoba-Orizaba”, abocado a la búsqueda de sus seres queridos desaparecidos, secuestrados o extraviados en la región centro de la entidad. Como parte de esas labores está hacer presencia cada que saben sobre el hallazgo de una fosa ilegal con restos humanos para tratar de identificarlos.

“La primera vez que yo fui a ver lo de un cuerpo fue a los pocos meses de que pasó lo de mi hija. Encontraron a unas muchachas en Córdoba, en un río, y yo tuve que trasladarme para ir a identificar y no, no era la mía. Había trascurrido como unos cinco meses más o menos”.

Aracely Salcedo asegura que ella y sus compañeras tuvieron que tomar el papel de investigadores, de Ministerios Públicos, para tener fe en que algún día, vivos o muertos, encontrarán a sus hijos, hermanos o parientes, ante la nula capacidad de las autoridades de justicia que ni siquiera han podido hacer el comparativo de ADN entre las familias y los cuerpos que la Fiscalía de Justicia del Estado tienen en la fosa común desde hace más de tres años.

“Mi hija se llama Fernanda Rubí Salcedo Jiménez, ahorita actualmente tiene 24 años (…) Mi hija fue secuestrada el día 7 de septiembre del 2012, a las 10:45 de la noche, de un antro denominado el Bulldog Bar, aquí en la ciudad de Orizaba, Veracruz. Luego, luego, en cuanto pasó todo, a mí me empezaron a llamar por teléfono, dedujimos que son las personas que la tenían porque el número no lo conocíamos y la persona que nos llamó pues mucho menos. En ese momento nos dimos a la tarea de ir a buscar a mi hija y llegando al antro nos comunicaron que había sido extraída del lugar.

“De ahí nos fuimos, inmediatamente a interponer una denuncia, la cual no nos quisieron tomar porque tenían que pasar 72 horas, cuando les estábamos diciendo que mi hija no se fue, que a mi hija la habían sustraído del lugar”.

 

INACCIÓN OFICIAL

 

A pesar de los esfuerzos que han hecho, no han encontrado a ninguno de sus 15 desaparecidos. Dice que es como si la tierra se los estuviera tragando porque las autoridades los tienen en el olvido, como si quisieran desaparecerlos también.

“Las autoridades realmente pues no hacen nada. Las autoridades nos están desapareciendo a nuestros desaparecidos, no los quieren encontrar. Ellos saben perfectamente que la delincuencia nos arrebató, nos arrebató en el estado de Veracruz, en todos los límites y no actúan. No tienen una policía eficaz, una policía comprometida con la sociedad. Comprometidos con otra gente pero con la sociedad no, nosotros menos, no tenemos una autoridad, un gobierno que realmente nos apoye, nos ayude”.

“Muchas veces se dicen que nuestras hijas se fueron con un rico, que se fueron con un novio, que nuestros hijos andaban en malos pasos cuando ellos saben perfectamente que no es así, al menos en el caso mío no fue así. Desde el primer momento se les puso todo, se les dieron todas las pruebas que había, vinieron a mi casa, hicieron lo que tenían que hacer y hasta ahorita, tres años y un mes no han podido resolver nada, absolutamente nada. No tenemos una autoridad comprometida con nosotros”.

El año pasado, la Procuraduría General de la República (PGR) inició un programa de recompensas para saber el paradero de 13 personas extraviadas en todo el país por medio de anuncios espectaculares puestos en las principales ciudades de México.

La dependencia federal dispuso de 19 millones 500 mil pesos para tratar de obtener información sobre las víctimas de las cuales tres son veracruzanas, una de ellas es la joven Fernanda Rubí Salcedo Jiménez, por quien ofertan un millón 500 mil pesos para quien dé datos precisos sobre su paradero, suma que no ha servido de nada.

Según el Fiscal de Justicia del estado de Veracruz, Luis Ángel Bravo Contreras, en una entrevista ofrecida a medios locales el 31 de agosto de este año, en la entidad sumaron 3 mil 89 denuncias por desaparecidos en el periodo que comprende de 2006 a 2015.

De ésas, aseguró en esa ocasión, se han resuelto el 69 por ciento de los casos que equivalen a 2 mil 139 personas de las cuales el 90 por ciento estaban con vida, el resto había fallecido. Además, admitió que todavía faltan por encontrar unos 950 ciudadanos.

Por todo el territorio veracruzano se han conformado grupos de activistas y familiares que intentan dar solución al problema, sin embargo, han encontrado resistencia entre las autoridades estatales y federales.

En la ciudad de Veracruz opera el Colectivo “Solecito Veracruz” con unos 20 casos más. En Xalapa hay dos grupos: el Colectivo por la Paz con 30 casos y otra organización con otros 20 expedientes. En la región centro montañoso opera “Organización de Familias Córdoba-Orizaba”, con 15 extraviados.

 

DE FOSAS A CADÁVERES

Aracely Salcedo asegura que seguirá con su lucha, buscando a su hija en cada fosa o cementerio clandestino que aparezca porque de plano perdió toda confianza a las autoridades encargadas de impartir justicia en el país.

“Es un viacrucis muy, muy feo y no se lo deseo a nadie. Estar yendo a la Semefo (Servicio Médico Forense), estar yendo cuando encuentran fosas, estar yendo a reconocimiento de cuerpos. La verdad, es algo muy, muy feo y muy doloroso. A veces vamos con la esperanza de que ya va a terminar esto pero también salimos con una esperanza nueva de que no es ella y seguimos esperando.

“Bastante veces hemos salido corriendo en cuanto descubren fosas, en cuanto encuentran a una chica pues hay que salir a buscar que no sea mi hija especialmente pero tenemos que enfrentarnos a esa situación”.

De 2012 a la fecha, ella ha revisado unos seis cadáveres para verificar que no sean los retos de su hija y ha visitado unos 15 entierros clandestinos para pedir informes a los Peritos Forenses sobre las características de los cuerpos exhumados.

“Tratar de identificar han sido como unas seis veces que he visto así cuerpos que realmente, o afortunadamente para mí, no han sido los de mi hija, y andar viendo cuando descubren fosas si tenemos que ir ante los MP y que nos den una lista de lo que encontraron, en qué estado se encuentran, cómo están, si aún son reconocibles y si se tienen que hacer pruebas de ADN y pues esperar los trámites”.

“Muchas veces tenemos que esperar mucho tiempo para que nos digan: no es su familiar. En todo el estado y en otros. Porque a mí me ha tocado que en otros estados, yo estoy muy atenta de las noticias y si encuentran en algún otro estado pues trato de comunicarme a los peritos, trato de comunicarme con quien lo haya levantado pues para pedir señas, mandar señas de mi hija, su ficha, mandar todo, para que corroboren que no sea mi niña. Muchas veces, estamos de acuerdo que no los vamos a encontrar aquí en donde se los llevaron y entonces hay que buscarlos en otras opciones, en otros estados”.

 

 

asm