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El Cártel del Mar: así captura la totoaba en BC con total impunidad

El fin de semana, “bucheros” cazaron 500 ejemplares de Tototaba, la Marina detuvo a pescadores furtivos, pero civiles armados los “obligaron” a liberarlos

Escrito en ESPECIALES LSR el

Son entre 80 y 100 personas. Hay policías municipales, ministeriales, funcionarios estatales y más de 50 pescadores. Todos ellos operan coordinadamente en San Felipe para ganar enormes dividendos por la venta del buche de Totoaba, cuyo kilo en el mercado ilegal mexicano ronda entre 4 y 8 mil dólares, pero en el asiático llega a cotizarse hasta en 100 mil dólares.

Se trata del Cártel del Mar, una organización criminal encabezada por Óscar Parra Aispuro, “El Parra” o “El Tekolín”, y José Luis García Ruiz, “La Yegua”.

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De acuerdo con una investigación de Zeta, debajo de ellos dos, el organigrama se ramifica en varias vertientes: la de familiares que participan en la actividad, sicarios y guardaespaldas, e integrantes de dependencias como Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) y la Policía Municipal.

Este grupo se enfrentó el fin de semana a elementos de la Secretaría de Marina-Armada de México y de la Guardia Nacional para liberar a un grupo de pescadores furtivos detenidos. Iban armados y amenazaban con disparar en caso de que se resistieran las fuerzas federales.

Y al igual que ocurrió con Ovidio Guzmán, en Culiacán, en San Felipe los marinos decidieron soltar a los delincuentes antes de detonar un enfrentamiento armado con el Cártel del Mar. Así opera y así domina este grupo criminal en Baja California para controlar la venta ilegal del buche de Totoaba.

El pasado 30 de septiembre, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), prometió que se enviarían 600 elementos federales para poner orden en el Alto Golfo de California, entre soldados, marinos, guardias nacionales e inspectores.

Cazadores furtivos

El domingo pasado, unas 80 embarcaciones de “bucheros” -pescadores ilegales- irrumpieron en la zona de refugio de la vaquita marina, en San Felipe, donde pescaron alrededor de 500 ejemplares de Totoaba, conocido como “cocaína marina”, para su venta ilegal en el mercado negro de China.

Todo ocurrió a pesar de la presencia de inspectores de la Profepa y elementos de la secretaría de Marina (Semar).

La pesca ilegal en el “área de tolerancia cero” también fue grabada con drones por la organización Sea Shepherd, encargada de patrullar la región desde 2015. Una vez atrapadas las totoabas, las abrían con un cuchillo y les sacaban la vejiga natatoria o buche, antes de devolver sus cuerpos al mar.

Estos pescadores venden al Cártel del Mar cada buche (vejiga) en unos 4,000 dólares, quienes a su vez los comercializan hasta en 10,000 dólares en China, donde se mantiene la creencia de que poseen propiedades medicinales y afrodisiacas.

Después, en la playa, un grupo de pescadores fue detenido por elementos del Ejército, la Marina y la Policía Federal. Incautaron redes y botín de la pesca masiva.

Durante las acciones para detenerlos se escucharon dos detonaciones de arma de fuego.

Sin embargo, cuando eran llevados a las instalaciones de la comisaría local, un grupo de sujetos armados, a bordo de camionetas, los interceptaron y los obligaron a que se detuvieran.

Hubo gritos, jaloneos y amenazas. Al final, los policías y militares terminaron soltando a los detenidos, liberando las redes y devolviendo una embarcación asegurada.

Al interior de las corporaciones policiacas, se habla que el convoy de camionetas estaba conformado por miembros del Cártel del Mar, asociado al tráfico de especies marina y responsables de la pesca ilegal de Totoaba y vaquita marina.

Un video publicado en redes sociales muestra a pescadores furtivos que son perseguidos por marinos, elementos de la Guardia Nacional y la Gendarmería en San Felipe, donde provocan un choque. 

Los sospechosos son dejados libres en el lugar y en el acto, a pesar de que una mujer reclama los daños a los vehículos que chocó la panga que jalaba la camioneta en fuga y que se soltó en la persecución. 

El video muestra la persecución sobre la avenida Chetumal y termina sobre la misma calzada, a la altura de la calle Mar Bermejo Sur, cuando la panga se suelta de la camioneta en fuga y choca contra un Nissan Versa rojo y una Chevrolet Silverado roja que estaban estacionados. 

Dos pescadores que huían a pie fueron alcanzados por los elementos militares y ante la presión de otros supuestos pescadores y residentes de San Felipe que reclamaron a los policías y gendarmes, fueron liberados en el sitio. 

Una mujer reclamó los daños a los autos estacionados, mientras los oficiales tratan de calmar la situación, pues en el video se escuchan gritos que piden quemar las patrullas y otros arrojarles piedras a los militares, marinos y policías federales. 

Los pescadores lograron zafar la panga del auto colisionado y la volvieron a unir a la camioneta en fuga, y luego se marcharon del lugar, mientras los inconformes reclaman a las autoridades, los increpan y los retan a disparar sus armas o pelear sin uniforme. "Puro San Felipe", se alcanza a escuchar entre los gritos. 

Hasta el momento no hay reporte de detenidos y ninguna de las autoridades federales que participaron en esta fallida persecución y detención ha emitido algún informe público sobre lo sucedido. 

Cementerio de Tatoaba

El mismo fin de semana de estos hechos, cientos de cadáveres de Totoabas evisceradas aparecieron en las playas de San Felipe, desde Playa Blanca y hasta Villas de Cortés, a los cuales se les ha extraído la vejiga natatoria o buche.

La aparición de casi 500 cadáveres de totoaba, según estimaciones locales, ha causado también un problema de salud pública y de olores fétidos, pues solo algunos residentes han realizado el levantamiento de los ejemplares descompuestos y los han enterrado en esta playa.

Por las noches y las madrugadas, según reportan residentes locales, se puede ver a las camionetas de doble tracción llevando y trayendo pangas en las distintas playas de San Felipe, que en los últimos cuatro días se han convertido en un cementerio de totoabas.

Al respecto, la alcaldesa de Mexicali, Marina del Pilar Ávila Olmeda, dijo que se encuentran en pláticas con autoridades federales para atender este problema y coadyuvar de alguna manera, pues el tema le compete a ese orden de gobierno.

Por su parte, María Elena Andrade Ramírez, directora de la Policía Municipal, dijo que no han intervenido en estos casos de persecución de pescadores ilegales, toda vez que se trata de un tema de la Guardia Nacional, la Marina y de la Policía Federal.

El fiscal regional Pedro Ariel Mendivil García señaló que no tienen ninguna investigación abierta de competencia estatal sobre los hechos recientes en San Felipe, pero que igualmente se coordinan con la federación en caso de que les soliciten su colaboración.

El Video revelador de Sea Shepherd

Activistas de la sociedad conservacionista Sea Shepherd filmaron con drones en el golfo de California la pesca indiscriminada e ilegal de Totoabas.

En el video se ven unos 80 botes de pescadores que rodean a los peces frente a la localidad de San Felipe y forman un cerco con las redes para que no tuvieran lugar por donde escapar.

Con total impunidad, las embarcaciones con hasta siete pescadores furtivos cada una, atraparon las totoabas, las abrieron con cuchillo y les sacaron la vejiga natatoria o buche, para después arrojar sus cuerpos al mar.

De acuerdo con Sea Shepherd, los inspectores de la Profepa y la Marina, con apenas dos lanchas rápidas, se vieron rebasados por la gran cantidad de pangas y pescadores en el área, donde viven las últimas vaquitas marinas, en crítico peligro de extinción. 

El barco de Sea Shepherd debió mantenerse a distancia de la zona en el que estaban los pescadores después de que se produjeran dos detonaciones de arma de fuego. En un operativo similar el 4 de diciembre pasado, uno de sus drones sufrió daños por disparos mientras filmaba.

La tripulación de Sea Shepherd declaró que nunca había observado una caza furtiva tan descarada y con tanta impunidad en el “Área de Tolerancia Cero”, identificada por los científicos como el hábitat más importante para la vaquita marina, que muere ahogada en las redes prohibidas de pesca.

¿Qué es la totoaba y por qué es tan valiosa?


El pez totoaba tiene propiedades afrodisíacas y medicinales, por eso lucha desde hace décadas con la caza furtiva. El buche o vejiga natatoria -la parte que utiliza para flotar- se ha convertido en un producto de lujo en China.

Así, un kilo de totoaba se vende mucho más caro que un kilo de cocaína en el mercado negro. Pero, ¿qué tiene de especial este pez? Al parecer, según los ciudadanos chinos, cocinado en sopa, el animal da mayor potencia sexual, disminuye el colesterol, mejora la circulación, rejuvenece la piel y otorga longevidad a quien lo consume.