Main logo

Barrio Chino CDMX, tomado con violencia por ambulantes

Los locatarios del Barrio Chino y vecinos viven asediados por un grupo -algunos familiares- que se dedica al comercio informal

Por
Escrito en ESPECIALES LSR el

Una mujer que se dedica al ambulantaje discute a gritos con una persona que tiene un local en el Barrio Chino. La pelea sube de tono y la mujer saca una pistola y la amenaza de muerte. El enfrentamiento se apaga ante la amenaza. Esta escena, del 5 de julio de este año, se ha repetido en otras ocasiones en la zona donde los ambulantes tomaron de manera violenta las banquetas desde hace casi dos años; algunos desde hace más tiempo.

Los locatarios del Barrio Chino y vecinos viven asediados por un grupo -algunos familiares- que se dedica al comercio informal: vende galletas de la suerte y otros productos en las calles aledañas.

María, a quien se le cambió su nombre por seguridad, tiene 20 años con un negocio en Dolores. Nunca había tenido problemas con los ambulantes, hasta ahora. La han amenazado, hostigado y agredido.

“Cada vez se están haciendo más fuertes. Hemos tenido amenazas de muerte, porque no se quieren ir. Es una familia como de 20 personas, cada integrante ya tiene de entre tres y cuatro puestos. Han invadido la calle del Barrio chino y alrededor”.

Al principio llegaron unos cuantos comerciantes ambulantes y se instalaron en la esquina de Independencia y Dolores. Vendían galletas chinas envueltas con papel de animales. Ahora ya se extendieron hacia Eje Central y ofertan películas, series, bolsas y ropa deportiva. Con el tiempo, invadieron también Dolores y colocaron puestos enfrente de los restaurantes y comercios, ahí comenzó el problema.

Los han amenazado en reiteradas ocasiones con que van a llevar a gente para que destruya el local y como ya lo han cumplido, no se quieren arriesgar. También de las situaciones que han enfrentado deriva el incremento de la venta de droga.

Hace unos años, un chino abrió una tienda y de inmediato llegó un ambulante a instalar afuera un puesto. El dueño le reclamó y se hicieron de palabras. Regresó con cuatro sujetos a quererlo agredir, el hombre se defendió y los golpeó a ellos. Más tarde volvieron, pero con 50 personas y destrozaron el lugar. Al chino lo dejaron lesionado.

Después de eso, cada año antes de la fiesta del año nuevo chino alguien entraba a su tienda en la noche a robar. Se llevaban productos solo de ese negocio “Creemos que fue un mensaje para el dueño y para todos nosotros. Lo fue desde que destruyeron el local. Incluso el señor intentó denunciar, pero desistió porque le advirtieron que era peligroso”.

Han tenido riñas con ellos, porque quieren vender lo mismo que un locatario afuera de su negocio. “Se han puesto a vender cremas, refrescos y galletas de la suerte. Se ponen a gritar a todo pulmón todo el día y no se les puede decir nada. Se molestan que vendamos lo mismo y nos han pedido que cambiemos de producto y si lo quieres dar más barato, ahí empieza la pelea. Venden al precio que ellos quieran y la gente les compra”.

A partir de la remodelación del Barrio Chino y que fue cuando el gobierno capitalino colocó jardineras y un arco gigante, los comerciantes ambulantes se han fortalecido y aferrado más al espacio público.

“Empezaron 20 personas, ahora son más de 60 las que han invadido. Han estado creciendo, porque no podemos hacer nada. Hablamos a las patrullas cuando están bebiendo o drogándose en la vía pública y cuando escuchan que son ambulantes no vienen o tardan mucho en llegar”.

Los quitaron en diciembre y regresaron en febrero, antes de la fiesta del año nuevo chino. Volvieron a pelearse, ahora entre ellos. Un grupo quería ponerse en la calle de Dolores y el otro ya estaba instalado. Hicieron una trifulca el 8 de febrero de este año.

 

Entre semana tienen establecido que se pueden poner de las 18:00 hasta 21:00 horas; los sábados y domingos de las 15:00 hasta las 21:00 horas, el problema es que incumplen los horarios, no los respetan, expresó María.

“Ellos ponen sus puestos y nos tapan nuestro negocio. No nos dejan hacer nuestro trabajo en paz. Siempre estamos con el pendiente de a qué horas se pelean o nos vienen a amenazar”

Además de la presión, los comerciantes ambulantes tienen prendida una bocina con el audio que anuncia las galletas de la suerte a “10 varos”. “Eso todo el tiempo, es molesto”, comentó.

María agregó que cada vez se empoderan. Han crecido en número y aumentado su hostilidad. En varias ocasiones han desplegado pistolas para atemorizar a los locatarios. “Así le pasó a una persona el pasado 5 de julio, le sacaron una arma y la amenazaron”. Después de esa agresión, se registró otra el 11 de julio, también contra un comerciante establecido.

Desde que los ambulantes se instalaron, las ventas de los comerciantes establecidos han disminuido.

“Tenemos pánico a que nos agredan”

Ángela, quien pidió el anonimato, también es locataria y ha sufrido en carne propia las amenazas y hostigamiento de los comerciantes de la vía pública. 

“Con la entrada de los ambulantes se han visto afectadas nuestras ventas, sobre todo más en las tardes. Por otra parte, hemos sido amenazados y tenemos miedo de denunciar y de enfrentarlos. Nos da pánico que entren y nos agredan”.

Ángela relató que durante el año nuevo chino de 2017 llegaron los comerciantes ambulantes. En esa ocasión hubo mucha gente y ventas. Primero les dijeron que solo estarían por la festividad, se quedaron de manera permanente. 

“Siempre que hay fiesta apartan sus lugares, pero con peleas. Son agresiones entre ellos mismos, aunque también nos afecta a los locatarios. Ya no nos permiten celebrar ni vender bien, porque acaparan a los clientes y esa fecha es la más fuerte en todo el año”.

Las intimidaciones que comenzaron en 2017 durante el año nuevo chino se han extendido hasta la actualidad. Las agresiones a locatarios y negocios son recurrentes. “Si alguien le dice algo a un ambulante, se pone muy agresivo, trae a más gente, que viene del Eje Central, se mete a los negocios con palos y armas”.

Reiteró que en otros momentos han ingresado oficios a la alcaldía Cuauhtémoc. “Precisamente por el miedo, como sabemos que es gente pesada, no queremos denunciar formalmente, porque si nos ubican para nosotros es peor la situación”.

Refirió Ángela que han detectado a dos líderes: Daniel y Verónica. Ellos son los que `pasan a cobrar una cuota a los comerciantes ambulantes y también son los que amenazan a los locatarios. “Los fines de semana hemos visto que cobran 100 pesos por puesto y entre semana 50”.

“El problema constante es el tráfico de drogas”

Guillermo Rubio, vecino del Barrio Chino desde hace 30 años, también es un afectado por los comerciantes de la vía pública. Intentó a través de la vía administrativa que fueran retirados. Lo logró unos meses, pero regresaron.

“Se trató legalmente que se fueran. Eso fue poniendo denuncias, yo personalmente metí dos escritos en la alcaldía. Me hicieron caso a medias y fue gracias a la Secretaría de Gobierno de la ciudad”.

Gracias a ese oficio lograron que los ambulantes no se instalaran por unos meses. El problema fue cuando volvieron, porque llegaron con más gente, y tanto vecinos como locatarios se percataron que empezaron a consumir y vender droga.

“El problema constante es el tráfico de drogas que se está dando entre la calle de Dolores y el callejón de las Damas. No solo es que los ambulantes se apropian de los frentes de los negocios, sino también la contaminación en cuestión de sonido. Usan bocinas para vocear todo el día sus productos”.

Otra de las afectaciones, señaló Rubio, es que los puestos ambulantes se convierten en obstáculos, por lo que impiden el libre tránsito, sobre todo el Independencia.

Relató que ya discutió con el líder que vende las galletas. “He tenido problemas con él y también con el jefe de vía pública, que es el que tiene contacto con estas personas”.

Autoridades revisarán el problema

Al respecto, el director general de Gobierno de la alcaldía Cuauhtémoc, Salvador Santiago Salazar, asegura que buscan poner orden al ambulantaje en el Centro Histórico pero que aún trabajan en un censo. Reconoció, además, que es un tema difícil.

"La idea es que después del censo inicie una etapa de regularización. El trabajo es difícil, insisto hay afectaciones a intereses complicados de los que prefiría ser prudente toda vez que es complicado el tema, pero hemos avanzado en este tipo de acciones en cuanto al comercio en la vía pública en el Centro Histórico", señaló.

Además, aseguró, no tienen conocimiento de violencia o amenazas. "No tenemos conocimiento de las amenazas. Difícilmente un comerciante va a venir a plantear que fue amenazar a un establecimiento mercantil. Sí tenemos conocimiento de los establecimientos mercantiles, no solo ahí. Pero con respeto no podemos ser responsables de la actitud o de la irresponsabilidad de algún comerciante o algún liderazgo", dijo.


djh